La novela nos ofrece la oportunidad de profundizar en los riesgos que corren los agentes infiltrados en bandas de narcotráfico, terroristas, de ladrones o cualquier otro tipo de organización criminal. Peca un poco la autora de hacerla convencional y lenta, pero esa convencionalidad y lentitud sirve para asumir el compromiso que adquiere el personaje principal. Su lectura sirve para ahondar en un mundo muy real y peligroso que está a nuestro alrededor pero que no vemos o no queremos ver.
El estilo usado es familiar en novelas de espionaje y policiacas, sobre todo en las centradas en el narcotráfico, y sería una buena novela para ser adaptada al cine por su potencial dinamismo a nivel de imágenes. Al ir leyendo uno descubre que son los asesinatos los que encienden el fuego de la historia que nos narra, y, al final, la protagonista realiza un acto virtuoso y atrevido que la mete en la "boca del lobo", la pone en peligro, pero que consigue hacer que sea también un provecho para otros.
Así pues, Rosa Ribas consigue hacer con su forma de narrar una obra que se lee de un tirón, no sólo por lo que cuenta sino también por la forma realista y factible de la tratar las historia que cuenta en la obra que sin mostrar algo nuevo para el mundo real, la realidad cotidiana, si lo hace muy interesante para le lector.
Aconsejo su lectura no sólo como novela policiaca sino también como novela realista.
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